La explosión de las carreras de resistencia y de larga distancia ha creado un héroe en cada casa, en cada familia. Han creado un ser que lo soporta todo, que no tiene límites, que es pura convicción, que supera sus complejos y afronta sus retos con el ceño fruncido amenazando el arco de meta que no representa el final, ¡representa la puerta hacia el próximo objetivo! Y detrás del arco de meta, ¿qué hay detrás del arco de meta?, pues detrás del arco de meta se encuentra la verdadera heroína, su pareja, que con el retoño de ambos en brazos escenifica la estampa perfecta que nuestro héroe ha dibujado en cientos de sueños. Qué bonito, cuánta ternura.
Pero la convivencia con un aficionado a deportista de élite no es nada sencilla.
Suena el despertador, 5:00 AM de un sábado cualquiera:
– ¿Dónde vas amor?, es muy temprano. Anda, acércate y quédate un ratito más conmigo, que el niño aún duerme…
– Cariño, sabes que tengo que desayunar con 2 horas de antelación para poder estar sobre la bici a las 7:00. Todavía tengo que preparar el tazón de leche de arroz con muesli deshidratado, 102 gr de plátano triturado con canela en rama, taza de té verde antioxidante, los oligosacáridos, las barritas y los geles para el trayecto. Además, ¿me estás insinuando sexo mañanero?, ¿en ayunas?, ¿te has vuelto loca?, cómo quieres que afronte las 6,5 horas de bici por terreno variado que me esperan más las 2 horas de transición en carrera a pie? Vas a tirar por tierra toda mi temporada.
– Bueno, ¿al menos luego podremos dar un paseo con el crío?.
– Si va en bici sí, que así aprovecho y voy corriendo junto a él y me sirve de regenerativo para recuperar el entrenamiento de la mañana.
Inmerso en esta espiral, la vuelta atrás de nuestro héroe es muy compleja. Nuestra heroína se esfuerza y tira de peli romántica:
– ¡Que guay cariño!!, van a dar Noviembre Dulce, hago unas cotufas y nos acurrucamos para verla.
– ¡Ni de coña amor!!, hoy actualiza Josef los entrenos en su canal de YouTube. ¿Quieres que me los pierda y no sepa encontrar mi límite?.
Las comidas familiares se convierten en una auténtica tortura para nuestra heroína, observando empapada de vergüenza ajena como su pareja trata de explicarle a su cuñado que no puede probar el vino, porque está preparando una prueba muy importante, afrontando entrenamientos sólo al alcance de unos pocos privilegiados, mientras el cuñado le pregunta, ¿pero tú no eras segurata Lolo?.
Tras varios años de espiral, una de tantas mañanas previas a una de tantas pruebas mi mujer me asestó el fatídico golpe de realidad que me devolvió a saber disfrutar del deporte:
– Que no amor, que no pienso levantarme para verte competir, me aburro, eres muy malo y siempre tengo que estar sola, esperando más de 4 horas a que entres en meta con el niño en brazos en el puesto 1.234. Se me hielan los pies, huele a sudor y todos los frikis de tus amigos no paran de hablar de tiempos, flatos, palos, calambres, picos de cortisol…
Con esta divina crueldad y con su habitual falta de sutileza, la que hoy es mi mujer me enseñó a disfrutar del deporte que yo le había enseñado a odiar. Hoy soy un deportista aficionado, igual que antes, pero feliz.
Nos vemos en la meta para seguir contando mentiras.
Publicado en Diario de avisos #SectorX