Quienes llevamos algún tiempo disfrutando del chute de adrenalina que generan los deportes de resistencia en el medio natural, no podemos más que celebrar y alegrarnos del tremendo incremento que se ha producido en los últimos años en este ámbito, tanto a nivel federativo como a nivel popular. Si eres uno de ellos y no sabes cómo afrontar una carrera de larga distancia, en este artículo te ofrezco algunos consejos o recomendaciones.

Los datos hablan por sí mismos. Según el Anuario de Estadística Deportiva 2013 del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de España, el número de licencias federativas en España para deportes de montaña ha evolucionado de 115.061 licencias en 2008 hasta 155.094 en 2012, 40.000 licencias más en un periodo de tan sólo cinco años. En deportes como el triatlón, el número de licencias se ha duplicado en el mismo periodo de tiempo, pasando de 11.996 en 2008 a 21.079 en 2012.

Hablamos del número de licencias en las dos disciplinas que mayor aumento han experimentado en este periodo de tiempo, pero ¿y los participantes populares?. Este dato es, simplemente, muy difícil de determinar, aunque no hace falta ser ningún erudito en el ámbito estadístico para intuir que el “boom” que estamos viviendo a nivel popular en este tipo de pruebas no tiene precedentes.

Donde antes se contaba el número de inscritos en decenas, ahora se cuentan por miles. Hemos pasado de calendarios de competiciones con apenas una decena de pruebas en todo el año, a poder elegir entre tres o cuatro competiciones cada fin de semana. Insisto, esta evolución me parece un éxito tremendo que debemos celebrar, pero no puedo dejar de lanzar varias preguntas al aire:

  • ¿Son saludables este tipo de prácticas deportivas?
  • ¿Conozco mi estado de salud y mi condición física para afrontar la exigencia de este tipo de competiciones?
  • ¿Llevo una planificación del entrenamiento adecuada para progresar convenientemente dentro de mi nivel?.

Estas son sólo tres de un largo etcétera de preguntas que me rondan la cabeza cada fin de semana, cuando tengo la oportunidad de presenciar una de tantas pruebas que se celebran en nuestro entorno.

Lejos de querer herir sensibilidades, creo que es necesario hablar de la importante cifra de participantes que afrontan pruebas de larga distancia y de enorme exigencia (Medias Maratones, Medias de Montaña, Maratones de Montaña, Triatlones, Ironman, etc…) mostrando a simple vista una condición física que como mínimo nos invita a dudar de sus capacidades para acabar la prueba sin que su organismo sufra consecuencias severas. Lamento tener que decir que bajar las escaleras de casa de espaldas durante la semana posterior a una Media Maratón de montaña (por ejemplo) no es “normal”, tampoco es “bueno”, y mucho menos debe ser motivo de banalización. Es la manifestación de un tremendo daño muscular y articular tras un estrés severo sin tener la condición física adecuada, y las consecuencias en forma de lesiones pueden llegar a ser crónicas.

Recomendaciones

¿Qué hacemos entonces? ¿vuelvo a mi vida sedentaria?. Tras varios debates muy productivos mantenidos en distintos foros con compañeros, el resumen en materia de recomendaciones o consejos que propongo es el siguiente:

  1. Si te has propuesto afrontar un reto exigente en una de estas disciplinas de larga distancia, lo primero que debes hacer es ponerte en manos de un profesional de la actividad física y el deporte que te asesore y guíe en tu proceso de preparación. Lamento decirte que con los artículos que has recortado de las revistas de entrenamiento más los videos de Youtube, no estás preparado para “autoentrenarte” en un proceso tan serio y complicado, deja trabajar a los profesionales. Este profesional, lo primero que debería hacer es derivarte al siguiente punto…
  2. Realízate un reconocimiento preparticipación, con prueba de esfuerzo que determine tu salud cardiovascular así como tu nivel de condición física para afrontar tu reto. Si todo es correcto para comenzar el proceso, ese será tu punto de partida inicial en un largo camino…
  3. Porque el camino será largo, el cortoplacismo en el que vivimos en la sociedad actual no es aplicable a los procesos de entrenamiento, por tanto, de manera consensuada con tu entrenador, deberás elegir tu prueba objetivo en una fecha que te permita realizar la adecuada progresión en las adaptaciones que debes adquirir para afrontar el reto sin comprometer tu salud. Esto implicará comenzar por realizar pruebas de recorridos más cortos. Afortunadamente, en la actualidad el amplio calendario de competiciones del que hablamos anteriormente nos brinda múltiples oportunidades casi cada semana.
  4. Por último y más importante, disfruta cada día de tu proceso, de cada entrenamiento, de cada paso, de cada progreso, sin sufrir. Ya hace tiempo que el “No Pain, No Gain” quedó obsoleto, nosotros apostamos por el “Gain sin Pain”. Si para salir a entrenar cada día necesitas ver un video motivacional, abandona, te has equivocado de deporte.

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