Los dolores de espalda son uno de los males de nuestra época. El trabajo de oficina, las malas posturas, el sedentarismo, el estrés…  pueden provocar muchas molestias en la espalda, concretamente la espalda baja es una de las zonas más castigada por los dolores. Aquí os mostramos cómo el ejercicio físico específico y adecuado reduce este problema.

Los dolores de espalda son un problema de salud muy extendido que afecta a una grandísima parte de la población adulta española, suponiendo además una limitación para el desarrollo de actividades cotidianas, según se desprende de una revisión hecha por las Universidades de Murcia y de Castilla-La Mancha sobre la Encuesta Europea de Salud en España, que arrojaba unos valores “muy altos” de este tipo de dolencia en la sociedad española 

El objetivo de este interesante trabajo, que podéis consultar aquí, es estimar el grado de asociación entre la actividad física cotidiana y el dolor de espalda crónico en España.

El ejercicio es la intervención con mayor grado de evidencia de eficacia para el tratamiento del dolor crónico de la espalda baja. Sin embargo, existen ciertos aspectos que puedes tener en cuenta, para procurar prevenir este fastidioso problema:

  • Déjate asesorar por profesionales de la actividad física para la salud.
  • Identifica y corrige tensiones y desequilibrios corporales y, sobre todo, malas posturas. Presta atención cuando levantes objetos –especialmente si son pesados- y, si debes inclinarte para recogerlos, flexiona las rodillas y mantén la columna recta (en su posición natural) y con la barbilla elevada. Si lo que tienes que trasportar es muy pesado, mejor será que utilices algún carrito u otro auxiliar que te permita deslizar la carga.
  • Entrena físicamente de manera habitual. Si no es realizando alguna actividad física específica, por lo menos practica ejercicios de estiramientos, o más livianos, en lo que a esfuerzo físico se refiere: Entrenamiento Funcional, Yoga, Tai Chi, Gimnasia acuática; cualquiera de ellos te será de gran utilidad para mantener tu espalda más sana.
  •  Incrementa tu fuerza haciendo ejercicios que incluyan la movilización de todo tu cuerpo, más que nada, los músculos principales del abdomen, la espalda, la cadera y la zona pélvica. Además, ejercitar las piernas puede ser muy beneficioso para ponerse de cuclillas al levantar y llevar objetos sin sobrecargar de más o lastimar la espalda.
  • Haz ejercicios aeróbicos, como caminar, nadar, o correr por lo menos 20 minutos tres veces a la semana. Este tipo de trabajo aumenta tu resistencia muscular y beneficia tu sistema cardiovascular, mejora la circulación sanguínea y ayuda a disminuir nuestros niveles de estrés.

Si bien las recetas generalistas son peores que el asesoramiento cualificado, el sedentarismo sigue siendo el peor enemigo para tu espalda.

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