La revista científica Mayo Clinic Proceedings, editada por la prestigiosa Clínica Mayo, señala en un reciente artículo publicado este mes de enero de 2021, la existencia de una relación inversa entre la capacidad máxima de ejercicio y la hospitalización secundaria debida a la enfermedad por Covid19.
El estudio identificó a 1.181 pacientes adultos a los que se realizó una prueba de esfuerzo, una prueba de SARS-CoV-2 y datos completos sobre sus hábitos de vida y ejercicio físico.
Los indicadores en la prueba de esfuerzo fueron el dolor torácico, la dificultad para respirar o fatiga, electrocardiograma anormal o hallazgo anormal en el estudio funcional, evalución de insuficiencia cardiaca, frecuencia cardiaca, evaluación prequirúrgica con la detección de trastornos cardiovasculares, evaluación de la capacidad física para el ejercicio y enfermedad coronaria conocida y preexistente, entre otros factores menores.
De los 1.181 pacientes utilizados en el estudio, 246 dieron positivo a la prueba de SARS-CoV-2 y, de estos, 89 fueron finalmente hospitalizados. Se detecta en el estudio que los pacientes hospitalarios son significativamente adultos mayores y pacientes propensos a la hipertensión, diabetes, enfermedad coronaria, enfermedad renal crónica o insuficiencia cardiaca.
De estos pacientes hospitalizados, con una estancia media de 13 días (en un rango entre 1 y 57 días), 28 lo hicieron en una Unidad de Cuidados Intensivos con una estancia media de 6 días en un rango de 1 a 27 días. De estos 8 fueron conectados a un ventilador y 13 fallecieron. Se detecta entre los pacientes hospitalizados que no hay diferencia entre aquellos que son propensos a enfermedad grave o que ya la padecen.
El estudio compara la capacidad máxima de realización de ejercicio en pacientes que han dado negativo y positivo por Covid19, así como entre los hospitalizados y no hospitalizados encontrando una asociación independiente e inversa con la probabilidad de hospitalización por Covid-19. Traducido a lenguaje común, a mejor estado físico, menor probabilidad de ingresar en un hospital a causa de la enfermedad pandémica que asola el planeta.
Respalda así el estudio la importante relación, señalada una y otra vez por otros múltiples estudios científicos, entre la aptitud cardiorespiratoria (adquirida a través del ejercicio físico continuado como hábito de vida) y los resultados relativos a parámetros de salud.
En un segundo paso se asientan las bases para un futuro estudio entre el riesgo de las distintas complicaciones que se presentan en una infección viral, como la del Covid-19.
Es decir, tener un entrenamiento físico personalizado y repetido 2 a 3 veces por semana, que mejore tu fuerza y tu capacidad cardiorespiratoria, es una buena manera de invertir en calidad de vida, mejorar tu estado de salud general y disminuir la probabilidad de ingreso hospitalario por enfermedad infecciosa adquirida, de padecimiento de enfermedades como la diabetes o las cardiovasculares.
Y si ya padeces alguno de estos trastornos metabólicos, como cierto grado de obesidad, diabetes mellitus, enfermedad cardiovascular, cáncer, enfermedad mental transitoria no severa y otras, también puedes realizar ejercicio físico dirigido y adaptado a tus condiciones físicas, con el fin de, en primer término, recuperar la funcionalidad y movilidad, y en segundo término, recuperar la fuerza física, lo que redundará en una mejora sustancial de tu calidad de vida.